Buscaba algún interés leyendo algunos poemas,
la mayoría me aburría; todos hablaban de amor,
de esperanza o desolación, de plenitud o soledad y,
finalmente, de amor.
Luego de buscar encontré otros problemas en los poemas;
encontré unos que mi imaginación podía ilustrar con
dibujos y otros (¡no tan afortunados!) como películas;
leí todos con cuidado para tener que leerlos sólo una vez.
Luego encontré otro; lo raro fue que lo leí varias veces,
quizás “ya me sé el final” pensaba antes de leerlo
y era verdad, me lo sabía, no era otro poema más,
era un poema que conocía, pero lo leí diferente,
me pareció horrible (y pensar que antes me gustaba).
Lo leía y lo leí varias veces pero no había manera,
cada vez que lo leía se hundía más.
Pensé en por qué será.
Una respuesta: mis intereses se ven influenciados por
los millones de eventos, de circunstancias, de textos,
de películas que en extensas jornadas los afectan,
y que cambian, para bien o para mal, mi forma de creer,
de ver, de leer. Pero releer es diferente, quizás no se
repite la misma sensación, la misma impresión,
pero si hay una escusa y es fijarme en nuevas cosas,
en buscar nuevos juicios actuales.
Bueno, una respuesta podría ser ésa,
pero como es natural hay muchas otras...
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